Damas y caballeros de la clase del 97: Usen protector solar.

Si pudiera darles sólo un consejo para el futuro, sería éste: usen protector solar. Los científicos han comprobado los beneficios a largo plazo del protector solar, pero el resto de mis consejos no tienen otra base más fiable que mi serpenteante experiencia. He aquí mis consejos:

Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud. No, no me hagas caso. Nunca entenderás la fuerza y belleza de tu juventud hasta que se haya marchitado. Pero créeme, cuando dentro de 20 años mires las fotos de tu pasado, recordarás, de una forma que no puedes comprender ahora, cuantas posibilidades tenías ante tí y lo guapo que eras en realidad. No estás tan gordo como te imaginas.

No te preocupes por el futuro. O preocúpate, sabiendo que preocuparse es tán efectivo como tratar de resolver una ecuación algebraica masticando chicle. Los verdaderos problemas de tu vida serán seguramente cosas que nunca se habían cruzado por tu preocupada mente: de esos que te sorprenden a las 4 de la tarde de un aburrido martes cualquiera.

Todos los días, haz algo que temas.
Canta.
No juegues con los sentimientos de los demás, ni toleres que otros jueguen con los tuyos.
Relájate.
No pierdas tu tiempo con los celos. A veces se gana, a veces se pierde. La carrera es larga, y al final, sólo compites contra ti mismo.
Recuerda los elogios que recibas. Olvida los insultos. Pero si consigues hacerlo, dime cómo.
Guarda tus viejas cartas de amor, tira tus viejos extractos bancarios.
Estírate.
No te sientas culpable si no sabes qué quieres hacer con tu vida. Las personas más interesantes que conozco no sabían que querían hacer con su vida a los 22 años. Es más, algunas de las mas interesantes personas de 40 años que conozco, todavía no lo saben.
Toma mucho calcio.
Cuida tus rodillas, las vas a extrañar cuando te fallen.

Quizás te cases, quizás no, quizás tengas hijos, quizás no, quizás te divorcies a los 40, quizás bailes Funky Chicken en tu 75º aniversario de boda. Hagas lo que hagas, no te felicites demasiado ni te critiques —optarás por una cosa u otra, como todos los demás.

Disfruta de tu cuerpo, úsalo de todas las formas que puedas. No le tengas miedo, ni te preocupes por lo que piensen los demás. Es el mejor instrumento que tendrás jamás.
Baila, aunque no tengas otro sitio donde hacerlo que el salón de tu casa.
Lee las instrucciones, aunque no las sigas.
No leas revistas de belleza, para lo único que sirven es para hacerte sentir feo.

Conoce a tus padres. Nunca se sabe cuando se irán para siempre. Sé bueno con tus hermanos. Son el mejor vínculo con tu pasado y probablemente las personas que te acompañarán en el futuro.

Comprende que los amigos van y vienen, pero hay unos pocos invaluables que deberías conservar. Esfuérzate por no desvincularte de algunos lugares y costumbres, porque cuanto mas envejezcas, mas necesitarás a las personas que conociste cuando eras joven.

Vive en Nueva York, alguna vez, pero vete antes de que te endurezca. Vive en el norte de California alguna vez, pero vete antes de que te ablande. Viaja.

Acepta ciertas verdades indiscutibles: Los precios subirán. Los políticos mentirán. Tú, también, te harás viejo. Y cuando lo hagas, añorarás los tiempos de cuando eras joven, los precios eran razonables, los políticos eran nobles y los niños respetaban a sus mayores.
Respeta a tus mayores.
No esperes que nadie te mantenga. Tal vez recibas una herencia, tal vez te cases con alguien rico, pero nunca se sabe cuanto durará.
No maltrates mucho tu cabello, porque cuando tengas 40, parecerá que tienes 85.

Sé cauto con los consejos que recibes, pero ten paciencia con quienes te los den. Los consejos son una forma de nostalgia. Dar consejos es una manera de rescatar el pasado de la basura, limpiarlo, pintarlo en las partes más maltratadas, y reciclarlo por más valor del que tiene.

Pero hazme caso en lo del protector solar.


—Mary Smith


Wear sunscreen [Usa protector solar] o Sunscreen [Protector solar] son los nombres con los que se conoce un ensayo titulado “Advice, like youth, probably just wasted on the young”, escrito por Mary Schmich y publicado en el Chicago Tribune como una columna en 1997, a menudo erróneamente atribuido a un discurso de graduación del escritor Kurt Vonnegut.

La forma más popular y conocida de este ensayo es el exitoso single musical Everybody’s Free (To Wear Sunscreen) [Todo el mundo es libre (de usar protector solar)], publicado en 1999 por Baz Luhrmann.


(vía willibe-es) (vía citas.javier-carrete.com)








“Millions saw the apple fall, but Newton asked why.”

Bernard Mannes Baruch (19 de agosto de 1870 – 20 de junio de 1965) fue un financiero, accionista, filántropo, estadista, y asesor político estadounidense de origen judío. Después de su éxito en Wall Streeet, dedicó su tiempo a aconsejar a los presidentes de Estados Unidos Woodrow Wilson y Franklin D. Roosevelt en asuntos económicos y se convirtió en filántropo.
Hace pocos días me encontré este artículo en una página de noticias y me causó gracia lo ridículo y sucias que pueden ser algunas políticas. Para todos aquellos que nunca hayan oído hablar de "la guerra de Roquefort", tengo que aclarar que no es un conflicto bélico, sino una movida política de EUA en contra de Francia por los ataques en contra de su industria ganadera.

Resulta que Francia, astuta y ociosa, se le ocurre platicar en la Unión Europea sobre lo dañino de la carne norteamericana, (con pleno conocimiento de causa, ya que esto les da una gran ventaja sobre su competidor americano) hasta lograr irritar a los buenos hombres del congreso norteamericano, quienes en la administración de George W. Bush echan a andar su malévolo plan.

Es con las Free Fries que tenemos una primera probada de esta guerra, que aunque parece ridícula, afecta a miles de personas, entre ellas a los pobladores de un pequeño pueblo francés llamado Roquefort, donde desde hace muchísimos años se produce el famoso queso tan apestoso. Hoy en día los productos franceses como el queso roquefort no pueden venderse en EUA si su correspondiente incremento del 30% en aranceles y otras medidas proteccionistas que arremeten de forma directa contra los productores y vendedores al otro lado del océano.

Es curioso cómo en algunos lugares las políticas disfrazadas pueden hacer tanto daño como balas de cañón, pero bueno, esa es la guerra en la modernidad y este fue tan solo un ejemplo. Lo comparto pues se me antojo gracioso en la primera lectura, pero si le echamos un poco de cabeza creo que podemos descubrir miles de ramificaciones y ejemplos similares, no solo en EUA o Francia, sino en nuestros propios países.